Exvotos de joyeros contemporáneos

Los exvotos populares argentinos y la joyería contemporánea despiertan
la misma incógnita en quien los mira, presentan una confrontación con el espectador: ¿qué significan? ¿De qué nos están hablando? No cumplen la misma función social, ni pertenecen al mismo mundo pero uno y otro son el producto de un deseo materializado: tanto los exvotos como las joyas contemporáneas fueron hechos con las técnicas de un mismo oficio y tienen algo para decir.

Los exvotos no son joyas pero sus materiales, concepto, tamaño y valor simbólico los vuelven un objeto precioso que invita a ser mirado como si de joyas se tratara.

Detrás del exvoto tradicional hay un promesante que hace un pedido
a la divinidad, una gracia concedida y, como agradecimiento, un platero confeccionando un objeto que será ofrendado al santo que obró el milagro. Los joyeros que participaron de este proyecto se inspiran en ese proceso, no en las características estéticas del exvoto popular: el joyero es el intermediario entre la divinidad y el promesante, y tiene la oportunidad de materializar un agradecimiento.

Estas piezas no responden a clichés ni a convenciones, como tampoco lo hacen los exvotos tradicionales: tener entre manos la tarea de convertir en pieza un sentimiento tan noble como es la gratitud no puede representarse con algo genérico, incluso en exvotos que comparten la misma gracia o en piezas que se originaron de una matriz idéntica: cada marca que hace el joyero las vuelve únicas; la carga de un
pedido individual transforma el material que lo constituye.

Las piezas de esta muestra también son exvotos. No van a ser depositados en una iglesia ni están hechos para devolverle a un santo el favor, pero tienen la misma intención. Al hacer un exvoto, el platero traducía en metal el deseo de un promesante; aquí las joyas son la materialización del agradecimiento concreto de cada uno de sus participantes. La gracia fue recibida.

Fotografía: Florencia Quiroga