ENSAYO: ( Del lat. tardío exagium, acto de pesar.) m. Acción y efecto de ensayar./ Prueba, reconocimiento.

Lit. Término empleado generalmente a escritos que, sin llegar a tener la extensión de un tratado o monografía, abordan una materia indistinta en forma sugestiva y de tanteo.

Metal. Operación por la cual se averigua el metal o metales que contiene la mena, y la proporción de sus cantidades./ Análisis de la ley de los metales preciosos.


ENSAYAR: (De ensayo.) tr. Probar, examinar, experimentar una cosa antes de usar de ella. / r. Probar a hacer una cosa para ejecutarla después más perfectamente o para no extrañarla.



Una pulsera concebida con la idea de ser soporte de un escrito (fragmento de ensayo) a la manera de libro, objeto que sugirió el recurso formal de articular una serie de planos rectangulares, mediante bisagras, a una bandeleta cilíndrica central, sugiriendo las hojas de libro que se encuadernan para formar un volumen –tanto material como literario.

A la vez, esta pieza se encuentra dentro de una caja/libro transparente.

Sobre la portada ha sido grabado un texto, escrito que mediante la incidencia de la luz proyecta su sombra sobre la pulsera y sobre una hoja de papel blanco en el interior de la caja.

Al abrir la caja/libro la sombra del texto proyectada se transforma tornándose gradualmente más borrosa 


El brazalete está constituido por dos segmentos (planos rectangulares curvados) de iguales dimensiones, articulados mediante un juego de bisagras y cierre cajetín.

A lo largo de toda su cara externa se distribuyen regularmente, en forma radial, 39 pequeños planos rectangulares, cada uno sostenido mediante un mecanismo de bisagra.


Cada plano por ambas caras es soporte de un escrito, un texto grabado (el mismo texto que figura en la caja/libro ). Este actúa como textura sobre las superficies pulidas.

El texto puede leerse continuadamente, pasando uno por uno los 39 planos por ambas caras, hasta dar cuatro vueltas sucesivas sobre la pieza.


El texto escrito de carácter autorreferencial, orienta la reflexión hacia la paradoja arte / artesanía, funcionalidad / artisticidad, etc..

Una paradoja que el objeto (en su totalidad) plantea en su poética. Un conflicto que señala y cuestiona.

Texto grabado en la pieza


(Fragmento del ensayo “El concepto de artisticidad en las artesanías”, Cecilia Richard, 1998, presentado en la cátedra Problemática General del Arte, Escuela de Artes, Universidad Nacional de Córdoba)



“ (...)Refiriéndonos ahora, al segundo punto formulado como normativa de la estética diremos que la concepción de la misma fundamentada en el desinterés y en la inutilidad “conduce a una profunda escisión entre lo que Kant llama ‘juicios puros’ y ‘juicios impuros’ del gusto. A los primeros,(...) corresponde el gusto verdadero, perfecto y legítimo, mientras que a los segundos comprometidos con intereses utilitarios y finalidades extraartísticas, el gusto inauténtico, superficial y vulgar. Los unos, los gustos puros, develan la belleza pura; los otros la adherente, en la que la forma - inmersa en otros objetivos y funciones- no logra sobreponerse de manera absoluta y se debe adaptar a las necesidades impuestas por la función del objeto. (Kant,1977)

 Esta brecha (...) marca las lindes entre el ámbito sacralizado del objeto artístico considerado en forma mítica y fetichista y las otras expresiones que no cumplen el indispensable requisito de inutilidad que caracteriza a la gran obra de arte. El resultado de tales límites es la marginación de estas expresiones que son relegadas a una zona residual y subalterna que conforma lo que Eduardo Galeano llama “los bajos fondos del arte”. Es que la división arte- artesanía no es ideológicamente neutra. En primer lugar, encubre, ciertas consecuencias derivadas de la mercantilización del objeto artístico. Este se presenta como independiente de cualquier finalidad extraartística pero, en realidad, se emancipa de su destino utilitario y social pero no de su función de mercancía que le sujeta a nuevas dependencias y funciones provenientes del valor de cambio sobre el valor de uso”

 A su vez, Escobar propone analizar el concepto de función no solo en su fin apriorístico derivado de lo práctico o técnico, como sería ‘la función de una vasija es contener agua’ y acceder a un sentido más complejo que considera que no puede darse el caso de que una forma sea tributaria de una sola función, sino de una intrincada combinación de funciones. Y muchas de estas “funciones de conjunto”( término de M. Bill), no implican finalidades prácticas o utilitarias sino contenidos socioculturales varios, connotaciones complejas, símbolos.(...) Por lo tanto, y esto aboga por las posibilidades artísticas de lo popular, la “artisticidad” no está medida por la carencia de funciones sino por la posibilidad de que las formas lleguen a provocar ese choque desencadenante de nuevos significados que constituye el efecto artístico fundamental.

(...) El arte es siempre incompatible con las lecturas unívocas, las meras denotaciones, las funciones preestablecidas de sentido único. Por eso, los objetos son artísticos, sean útiles o no, en la medida en que no queden definidos de una vez por un tema o destino únicos, sino que puedan desatar significaciones plurales, connotaciones complejas que escapan ya del cerco cerrado de su propio sistema de producción estética y repercuten sobre el conjunto social, expresándolo o anticipándolo.” De ahí decir que no toda artesanía deviene en objeto artístico como no siempre el producto del llamado arte culto puede considerarse como obra artística en la medida que no cumpla con esta premisa fundamental: su artísticidad.”




Fotografía: Facundo Di Pascuale